A principios de esta semana publiqué un post con 6 consejos para elegir vuestro ramo de novia, pero ¿sabéis de dónde viene esta tradición?
Como la mayoría de las tradiciones, el ramo de novia no tiene un origen claramente definido pero la teoría más extendida indica que ya en el Antiguo Egipto las novias el día de su boda llevaban manojos de hierbas con aromas fuertes con el objetivo de alejar a los malos espíritus.
Esta tradición se mantuvo, pero con el tiempo las hierbas fueron substituidas por flores. No hay un motivo claro por el que se produjo este cambio. Unos dicen que fue por cuestión estética en cambio otra leyenda cuenta que en la Edad Media las novias llevaban flores el día de su boda para disimular el mal olor corporal ya que en aquella época los baños no eran muy habituales y tras el invierno el primer baño se tomaba en el mes de mayo, por eso la mayoría de los enlaces se celebraran entre mayo y junio. Pero con el paso de los días el olor corporal acababa volviendo y el ramo de novia lo disimulaba.
El ramo de novia llegó a Europa en el siglo XIX. Se denominaba “Biedermeier” y su principal características era su forma circular.
A finales de este siglo imperaba lo ostentoso y los ramos de novia fueron creciendo en tamaño pero ya a principios del siglo XX una gran crisis mundial puso fin a la ostentación y los ramos vuelven a un estilo más sencillo, son los llamados “gota” que aún seguimos utilizando hoy en día.
Durante la época victoriana se creó «el lenguaje de las flores», cada flor tenía un significado y los novios hacían uso de ellas para intercambiar mensajes de amor. Esto dio motivo a que las novias eligiesen su ramo de boda dependiendo del mensaje de amor que quisiese expresar.
Hoy en día las novias eligen sus ramos de novia siguiendo unos motivos estéticos y gustos personales.
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Fotografía de portada: Javi Collazo