A principios de 2017, yo estaba buscando alguien con quien compartir la oficina, y un día entró por la puerta Susana. Desde el principio supe que íbamos a congeniar de maravilla.
Cercana, sincera, detallista, trabajadora, una gran profesional… y una fotógrafa increíble!! Desde entonces hemos coincidido en varias bodas y es un auténtico placer trabajar con ella. Así que no puedo dejar pasar la ocasión de presentaros su trabajo para que conozcáis un poco más sobre ella y su manera de trabajar.
¿Cómo y porqué llegaste a dedicarte al mundo de la fotografía nupcial?
A pesar de que mi trayectoria profesional siempre ha estado ligada al mundo del audiovisual mi interés por la narrativa fotográfica comenzó como un hobby.
Siempre que podía, realizaba fotografías sobre mis vivencias personales y las mezclaba con textos de mis escritores favoritos de manera que narrasen una historia. Rápidamente, ese hobby se convirtió en la necesidad de comenzar a capturar imágenes y emociones en las vivencias de otras personas, y fue en la fotografía nupcial donde encontré precisamente el entorno perfecto para hacerlo.
Una boda es capaz de reunir un millón de historias y emociones encapsuladas en un solo día, por lo que como experiencia personal y profesional es un entorno muy gratificante.
¿Cómo defines tu fotografía?
Me considero una persona observadora, emocional y detallista por lo que creo que mi fotografía es fiel reflejo de ello.
A pesar de disfrutar mucho del cine, donde todas las historias siguen un guión ficcionado, en mi trabajo soy totalmente lo contrario. Como fotógrafa de bodas, entiendo que mi mayor reto es el de captar todo lo que ocurre sin influir en la escena. No me gusta recrear acciones o forzar situaciones y tampoco veo la necesidad de hacerlo: por naturaleza ocurren cosas tan auténticas y espontáneas que cualquier añadido, sobra.
¿Cuál es el principal rasgo que define tu trabajo?
Una vez, un cliente definió mi trabajo como “luz” y la verdad es que es una definición que me encanta. Además, añadiría la delicadeza y la sensibilidad con la que encaro todas y cada una de las bodas.
¿Qué foto no puede faltar en ninguno de tus reportajes?
Sin duda toda aquella que vaya ligada a una emoción o a un detalle.
¿Qué foto prefieres no realizar en tus reportajes?
No hay ninguna foto en específico que no me guste realizar, no debo ser yo quien juzgue qué foto puede tener o no un valor sentimental para sus protagonistas.
¿Cuál es tu perfil de cliente?
Aquel con el que conecte y comparta mi visión particular sobre como hay que entender la fotografía.
Es muy importante que tengan cierta sensibilidad. Que vean algo especial en mis fotos que les atraiga, ya sea por la narrativa, los encuadres, desenfoques o los colores de la imagen. Para mi es muy importante que se sientan identificados con mi estilo. solo de esa manera podrán volcar en mi su plena confianza.
¿Con cuánto tiempo de antelación debería ponerse una pareja en contacto contigo y qué datos son necesarios que te faciliten?
Un año aproximadamente es lo ideal para las fechas más demandadas del verano, aunque siempre suelen encontrarse fechas en la agenda que todavía no se han cubierto.
Los datos principales siempre serán los de la fecha y lugar de celebración para poder consultar la disponibilidad. Pero además, adoro cuando las parejas se toman las molestias de escribirte en un pequeño texto cómo esperan que sea su gran día o cómo lo han planteado. Ayuda a “humanizarnos” entre nosotros y a plantearnos una posible reunión desde un punto de vista mucho más cómodo y personal.
Además de fotógrafa, me gusta pensar que puedo convertirme en un apoyo importante para ellos y ayudarles en todo lo que necesiten.
¿Qué es necesario que tenga claro los novios cuando van a una primera reunión?
Que conozcan mi trabajo y mis fotos “les hablen” de alguna manera pero sobre todo, que mi estilo encaje con su forma de ser.
¿Qué consejos les darías a los novios para que se sientan cómodos delante de la cámara?
¡Que sean ellos mismos! Partimos de la base de que no somos “modelos” por lo que jamás les pediré que hagan nada que no sea dar un simple paseo.
¿En qué situaciones recomendarías a los novios que hagan la preboda y la postboda?
La preboda es algo que me gusta hacer porque es una manera de romper el hielo, de conocer mi manera de trabajar y de ganar confianza. Además, es la excusa perfecta para tener unas fotografías bonitas de pareja vestidos de manera informal.
Las postbodas las recomiendo sin embargo para casos mucho más concretos como por ejemplo: que no podamos disponer de un ratito el día de la boda para realizar fotografías de pareja, que la meteorología no nos acompañe o que la pareja quiera sus fotografías en un lugar especial al que resultaría imposible acudir el día del enlace.
¿Qué tiene que hacer una pareja para que obtengáis un resultado perfecto?
Confianza en mí y dejarse llevar… ¡al máximo!
Dinos el trabajo del que te sientas más orgullosa.
No existe para mi el trabajo perfecto (me considero muy autocrítica), aunque sí me siento muy orgullosa de una fotografía tomada en una de mis bodas este año.
Se trata de la fotografía de una familia que por cosas de la vida, se ven obligados a vivir a muchos kilómetros de distancia por lo que las ocasiones en las que pueden estar reunidos en un mismo lugar se cuentan con los dedos de una mano. Quizás no tenga el enfoque o el encuadre perfecto y la estética no sea la más adecuada (estoy segura de que he realizado técnicamente mejores fotografías) pero sé que para la novia, la historia recogida detrás es especial porque en ella están reunidas los principales pilares de su familia: su padre, su madre y su hermano y todos guardan en sus gestos una emoción bonita.
¿Cuál crees que es la tendencia que viene pisando fuerte en la fotografía de bodas?
Sin duda la que desde hace unos años se ha instalado para quedarse: la de la fotografía natural, basada en las emociones y en el fotoperiodismo, donde cada uno de los compañeros que nos dedicamos a ello, intentamos mejorar día tras día y dejar nuestra pequeña gota creativa.
¿Cuál es la parte más satisfactoria de tu trabajo? ¿y la más difícil?
La más satisfactoria es la de pensar que mediante mi trabajo estoy creando parte de los recuerdos más preciados en la vida de otras personas.
La más difícil es sin duda, la autoexigencia y el querer estar a la altura de tal responsabilidad.
¿Dónde buscas inspiración?
Continuamente en el cine, series de televisión y literatura. En casa, mi pareja tiene el cielo ganado cada vez que veo una serie o película con una dirección fotográfica que me maravilla porque continuamente siento la necesidad de parar y retroceder para detallar el encuadre o la iluminación de un plano.
¿Cuáles son tus proyectos de futuro?
Sueño… ¡con muchas cosas! para empezar, me encantaría tener un pequeño estudio con luz natural, pero sobre todo, quiero seguir creciendo y dedicándome a esta maravillosa profesión que tantas alegrías me ha dado.
Y ahora que ya la conocéis un poco mejor, os dejo con algunos de sus trabajos:
Si queréis saber más del trabajo de Plumeria visitad su web: www.plumeriafotografia.es
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